VOCES
POR CIUDAD JUÁREZ EN CASA DE MORELOS
Por
Víctor Argüelles
Le
ha caído un balazo en la cabeza,
al
ser más insolente: la tristeza.
CARLOS
SANTIBÁÑEZ ANDONEGUI
No
hubo voz que hiciera falta, todas se dejaron escuchar desde las 11:00
hrs. hasta que la noche con su lluvia a cuestas nos descubrió cerca
ya de las 8 de la noche. El día tuvo intensidad en sus momentos que,
con esa lluvia desprendida no hizo más que ilustrar la fertilidad de
las palabras, que llovían por un bien común consignado en un lema,
en un objetivo, en una unión de voces. El día se extendió a sus
anchas para escucharnos: poetas, narradores, cronistas, escritores,
que con textos escritos para la ocasión fueron alumbrando esos
momentos. El día quedó en la memoria, un 28 de septiembre en el
recuerdo.
Humberto Canizales, Sunhúe Kokosschka, Gibrán Cohen
Humberto Canizales, Sunhúe Kokosschka, Gibrán Cohen
Lluvia
de palabras en solidaridad con los pueblos que padecen esa violencia
que no es ajena al territorio nuestro, que no está exenta en esta
ciudad y en muchas otras, pues Ecatepec al igual que otros municipios
del Estado de México frecuentan constantemente la problemática del
feminicidio, la extorción, el robo a mano armada, los secuestros;
todos esos males que son producto de la delincuencia. En el sentido
que concierne a la escritura, el 3er Encuentro de Escritores por
Ciudad Juárez en Ecatepec acuñó las voces de incipientes y
experimentados, humanos a fin de cuentas que, más a allá de las
palabras y la literatura, se unieron a esta manifestación para dejar
su sello impreso en una consigna que simultáneamente se dejó
escuchar en más de 50 ciudades del mundo entero.
Kaya Stoner, Isabel Alcántara, Rubén Lemus
Kaya Stoner, Isabel Alcántara, Rubén Lemus
El
objetivo se logró, el eco fue más a allá de lo previsto, con un
público cambiante a lo largo de la jornada: jóvenes, adultos,
mujeres, niños, estudiantes y trabajadores que frecuentaron a
distintas horas el espacio de la capilla del Centro Comunitario
Ecatepec Casa de Morelos: recinto venerable para levantar más que
consignas, la voz poética como una misión proferida para hacer
justicia a los que ya no están con nosotros: mujeres y hombres que
ha cobrado el crimen organizado en Ciudad Juárez, Chihuahua. El eco
de la violencia atestigua que si es en Ciudad Juárez, es en el mundo
entero donde la violencia esté presente.
Tetza Ordoño, Suzel Gómez, Ricardo Suasnavar
Tetza Ordoño, Suzel Gómez, Ricardo Suasnavar
Que
mejor recinto que la Casa de Morelos para albergar la iniciativa de
escritores que sitiados en el lugar de los hechos se organizaron en
2011 para fundar un proyecto de talante mundial a raíz de la muerte
de la poeta y activista Susana Chávez. El Centro Comunitario
Ecatepec Casa de Morelos es un sitio histórico perteneciente a INAH
y decretado como patrimonio nacional en 2001, morada de las últimas
horas del ciervo de la nación: José María Morelos y Pavón. Aquí
no importaban las trayectorias literarias, ni las luces impostadas
del momento, esas no existen para un reclamo, para una manifestación
que tenga como fin la causa social y esa fue la consigna desde un
principio, desde los primeros pasos dados en la organización del 3er
Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez en Ecatepec. El acto de
inauguración dio inicio con las palabras de bienvenida por parte de
Yolotl Figueroa promotora cultural del mencionado Centro Comunitario.
Siguió mi turno para dar una breve explicación de los antecedentes
y motivos del encuentro, así como dar lectura al manifiesto por
Ciudad Juárez, con lo que se iniciaba una jornada inolvidable de
palabra al servicio de una causa.
Carlos Santibáñez Andonegui, Blanca Estela Ruth, Erika Chaidez
Carlos Santibáñez Andonegui, Blanca Estela Ruth, Erika Chaidez
La
primera participación corrió a cargo de Erika Chaidez, su
narración, a manera de crónica de hechos ocurridos en Sinaloa,
acaparó la atención del público; su semblante esbozaba la
impotencia de los que son representados como personajes principales:
una mujer y su hijo, en un secuestro en que salen ilesos, pero con
graves marcas que el tiempo no sabe borrar. Chaidez conoce la
situación de fondo, su procedencia lo advierte, pues ella es de Los
Mochis, Sinaloa, ciudad que padece los estragos de la violencia del
crimen organizado. El maestro Carlos Santibáñez Andonegui leyó
Tristes horas hábiles,
exaltando la lucha diaria de las mujeres en la ciudad desértica en
el norte de México, esa ciudad símbolo que se levanta ya con una
reminiscencia que lleva la marca de la violencia, de la muerte y la
injusticia hacia los derechos humanos.
Rocío Franco, Ricardo René Arreola, Dolores Reyes Herrera
Rocío Franco, Ricardo René Arreola, Dolores Reyes Herrera
Mar
Ruíz y Ángel Cuevas: poesía y narración. La presencia femenina y
masculina se fusiona en palabras. Ruiz: poeta joven de la Ciudad de
México leyó sobre el episodio de las mujeres asentadas en una
ciudad herida por la guerra del narcotráfico, un retrato en que
domina el clamor femenino. Cuevas narra episodios de una violencia
contextualizada en el terruño que lo vio nacer: Arteaga, Michoacán,
la transgresión se fusiona al efecto de melancolía en sus relatos.
Cuevas construye en la introspección verdaderas radiografías de la
violencia, situada en la familia o en las comunidades apartadas donde
aparentemente la luz no llega, y esa luz que es el progreso, se
vuelve en necesidad, tema de primera intención en su narrativa.
Osvaldo Flores
Osvaldo Flores
Humberto
Canizales y Blanca Estela Roth, dejaron impresiones devastadoras y a
la vez reflexivas. Narración y poesía, y crónica fresca de los
días de septiembre 13 y 15. Humberto Canizales inicia su lectura con
preguntas dirigidas al público, interactúa con ellos, pocos
responden. Originario de La Paz, Baja California Sur, este joven
escritor establece relaciones con un presente, acaso fresco en la
memoria de un tiempo imborrable. Su crónica va aclarando los
disturbios en base a analogías con el mundo televisivo, el de las
imágenes del cine, de ese hecho ocurrido el 13 de septiembre de este
año: la manifestación de maestros, posteriormente para referirse al
grito de independencia como una aparador de distractores; la gente
ríe y a la vez se entera a partir de la mirada que nos deja en el
punto crítico del acontecimiento: la explanada del zócalo de la
Ciudad de México. Con Crónica desde el
reino de sauron corroboramos las
injusticias cometidas desde el gobierno, desde ese PRI que nos
muestra una más de sus garras para aplacar el reclamo colectivo, el
derecho a una manifestación pacífica. Blanca Estela Roth, cuenta
anécdotas en relación al feminicidio, a la violencia intrafamiliar;
finca en este preámbulo un desasosiego propio de su yo interno,
posteriormente un puñado de poemas nos pone en el oído que surgen
para dar fe de ese México que revisita su dolor, su dolor que es de
todos, su inconformismo que es de todos. Con una voz moderada y un
semblante apacible, Roth da lectura a versos sintéticos que no le
temen a nada, incluso a las limitaciones del tiempo, pues sus versos
piden tiempo, espacio y escuchas sensibles que puedan digerirlos.
Suzel Gómez, Miguel Santos, Miguel Tonhatiu, Jorge Manuel Herrera
Suzel Gómez, Miguel Santos, Miguel Tonhatiu, Jorge Manuel Herrera
En
la siguiente mesa de lectura coinciden cuatro jóvenes poetas
originarios de esta Zona Metropolitana del Valle de México:
Guadalupe Quezada, Tania Navarrete, Edith Vargas y Zaqueo Miguel. En
los jóvenes está la consigna más severa contra un sistema injusto,
con sus experiencias juveniles, con sus sarcasmos ante la mediocridad
de la clase gobernante. Tania y Edith, son un poema a dos voces, se
alternan el micrófono para ambientar el poema. Miguel ve en las
mitologías la materia para Terreno
baldío,
poema dedicado a la esperanza de volver a casa.
Guadalupe Quezada, Tania, Edith Vargas, Zaqueo Miguel
Guadalupe Quezada, Tania, Edith Vargas, Zaqueo Miguel
Sergio
Alarcón, Ricardo Suasnavar y Jaime Rosales Cedeño agradecen las
invitaciones a participar, posteriormente cada uno se extiende,
suelta lo que el silencio no puede contener. Alarcón y Suasnavar:
poetas en edades distantes, se acoplan bien en el tono de su poesía.
La madurez en Alarcón es visible, llega al fondo del asunto,
sintetiza en las imágenes, arma el terreno donde anclar metáforas
rotundas. La sencillez, la frescura y lo espontáneo son los límites
en el joven poeta Suasnavar, con poemas sencillos y plenos de
momentos, versos desarticulados de la rigidez, con un movimiento
fluido, como el que se deja al caminar, y ante este hecho sucede lo
imprevisto de la imagen.
Marytere Caracas Estrada
Marytere Caracas Estrada
Rocío
Franco, reflexiona la situación del feminicidio en el Estado de
México, expone el caso del poeta Guillermo Fernández, asesinado de
manera impune en la ciudad de Toluca. A dos años de esos
acontecimientos el gobierno estatal no ha dado respuesta, ni emitido
interés en aclarar su muerte, Rocío platica, explica la condición
violenta en nuestros tiempos, da lectura a su poema Desmembramientos
dedicado a la memoria del referido poeta, su emoción es
incontenible. María Dolores Reyes Herrera, originaria de Tlapacoyan,
Veracruz lee poemas de su libro Oruga,
concuerda con el momento, defiende el sentir transparente de una
poeta de provincia. Gibrán Cohen: escritor y dramaturgo se extiende
con un relato en que el personaje principal es un tal “Gibrán
Cohen”, un otro para asentar el golpe de los hechos, transcurridos
en su lugar de residencia: Cuautitlán Izcalli. Cohen es presencia y
voz, y un tanto de efectividad en las situaciones chuscas que rigen
la vida de personajes delineados en la política. Cohen impone por la
veracidad en lo que cuenta.
Poema de Raúl Renán
Poema de Raúl Renán
Daniel
Mejía, María Eugenia Rodríguez, Luz María Salinas, Rubén Lemus y
Tetza Ordoño nos convidan poemas breves, sencillos. Quizá el logro
de esta mesa se advierta en el contraste de experiencias, pues todos
fluctúan en edades diversas. Y quizá lo mejor esté en los poemas
de María Eugenia Rodríguez y Rubén Lemus. Cruces
rosas de Lemus es un poema afortunado,
está entre los textos más interesantes del oriundo de Texcoco,
Estado de México.
Arturo
Escalante, Marytere Caracas Estrada, Ricardo René Arreola, Oscar M.
Pantoja (Kaya Stoner), Isabel alcántara y Sinuhé Kokoschka dieron
lectura a episodios intensos en forma de cuentos y poemas donde
predominan con insistencia las imágenes claras y oscuras. Los
sentidos se exhiben alterados en el caso de la poesía de Sinhúe,
pues la atmósfera surreal se advierte en una voz joven pero segura.
Si ya la poesía es belleza, en ella la belleza se multiplica, se va
al doble como el flujo de palabras que su sensibilidad poética
nombra. M. Pantoja, El Kaya Stoner propone una narración desde una
sorprendida víctima ante la confusión que suscitan las sospechas.
Alcántara narra fragmentos de su libro: 7
Miradas sobre Juárez, narración
solemne, trabajada, y anclada en la contundencia de hechos.
El
intermedio musical corrió a cargo del cantautor Osvaldo Flores, que
llegó desde la ciudad de Querétaro confiando plenamente en el
encuentro. Desde temprano hizo lo necesario junto a Berni Cabrera y
Daniel Salinas “El Callegero” para que, acercado el momento de su
participación, los inconvenientes fueran menos. Cabrera en las
percusiones, Salinas en el cometido de registrar todo con la lente
fílmica.
Flores
entona frases, estribillos, utopías. Los oídos saben ya este
fraseo, lo saben y lo recuerdan, pues más que frase: “…hasta
que puedas tener libertad”, quizá
sea ya un recordatorio, un lema para estos tiempos. Y en esta red de
palabras se refiere a ese México que llega a oídos de todos en el
extranjero, de ese México que toca fondo para seguirse cimentando.
Flores se inspira de experiencias que cotidianamente lo invaden,
desde la observación trivial hasta convertirlas en verdaderos
registros sobre lo incómodo a nivel social, justo ese contraste que
se percibe en las grandes urbes, como la Ciudad de México u otras
capitales del mundo. Flores, originario de esta ciudad, siente el
desasosiego, y sabe que es compromiso del creador erigirse ante las
causas justas. Flores es un poeta urbano y así se advierte en sus
tres producciones realizadas a la fecha. Lo mejor del encuentro no
sólo está en la poesía, sino en la música que rescata la poesía
y la protesta para darle un giro y mostrarlo como prioridad humana.
Suzel
Gómez, Miguel Santos, Miguel Tonhatiu y Jorge Manuel Herrera
coinciden en varios puntos: versos sueltos, retrabajados, situados en
la libertad y en perceptivas distintas. Experiencia y autocrítica en
el caso de Santos, Tonhatiu y Herrera: tres poetas en consonancia con
lo que escriben, memorizan y leen. Ambientes oníricos en el caso de
Suzel: Guardo entre el pezón lunar y tus piernas largas/
un suspiro de tiempo que se ajusta al espacio,/ un tiempo de cirio
que te repasa el cuerpo,/ un abrevadero turquesa del ahogo solar.
Ginger
Triana, Josimar Galíndez Rojas y Javier González Cárdenas:
crónica, poesía y narrativa: González Cárdenas leyó fragmentos
de su próxima novela. Imágenes de momentos tensos, entre atmósferas
eróticas y turbias por el contexto de violencia en la que se
desarrollan. Ya en su escritura, el tijuanense analiza las
coordenadas de la violencia situada en el norte. Su ficción
recrudece los sentidos, y es la radiografía presente del
narcotráfico, propuesta desde una concepción llamada por él mismo
como “Novela de Narcozombis”: muertos, desaparecidos, robos,
gente del mal intrincada en historias fuertes, certeras, con apego a
la realidad cotidiana. Josimar Galíndez Rojas propone poesía de la
experiencia, reconoce la experiencia y la sitúa en el único hecho
tangible del ser humano: la muerte: Escribo sangre/ porque
mis ojos están poblados del miedo/ que mañana o pasado mañana/ un
muerto una muerta un muertito/ cuerpos donde la categoría de lo
muerto reina/ cuerpos no-asépticos/ destrozados/ con las vísceras
conjugadas en el exterior:/ sea yo mismo.
Finalmente
doy lectura al poema visual del maestro Raúl Renán: Muerta de
Juárez, poema que en su construcción se percibe con una belleza
total, pero que encierra el episodio de la muerte, de esas muertes
que suman miles, de esa muerte en circunstancias trágicas, nunca
esclarecidas: Soy mi alma y mi cuerpo en crecimiento formando mi
figura que sigue un trazo humano, bello a la vista y figurado que
también verá a la belleza de la vida en derredor edificada
compuesta con admiración como a mí, mi cabeza joven cubierta de
cabello lacio torneado con tersura negra brillante para contener mi
pensamiento y tornear su redondez con mi rostro perfilado que ha sido
elogiado y nombrado bella, bella, bella, bella, bella, bella, bella,
bella, bella y por todos deseada, asediada, seguida para ser tomada,
sujetada, atada, violada, penetrada con arma de muerte, sangrada, hoy
huesos bajo tierra común y por nombre común conocida Muerta de
Juárez.
Al
dar lectura al poema una sensación me invade: es la incertidumbre de
no conocer a profundidad el efecto que dejan las palabras, sí en
verdad puedan ser el vehículo para llegar a despertar conciencias y
sensibilidades. Ante esta señal, me doy cuenta de la responsabilidad
asumida al organizar este encuentro. Me doy cuenta que nos ha
anochecido, que el tiempo en todos se consumió para bien, que no
fueron horas derrochadas, sino horas, en verdad bien asumidas. Me doy
cuenta y sigo, pensando que mejores tiempos vendrán, al menos, el
pensamiento es positivo, y quiere pensar que mejores tiempos vendrán
para las generaciones futuras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario