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viernes, 27 de diciembre de 2013

ECATEPEC, Estado de México 2013

VOCES POR CIUDAD JUÁREZ EN CASA DE MORELOS

Por Víctor Argüelles


Le ha caído un balazo en la cabeza,
al ser más insolente: la tristeza.
CARLOS SANTIBÁÑEZ ANDONEGUI


No hubo voz que hiciera falta, todas se dejaron escuchar desde las 11:00 hrs. hasta que la noche con su lluvia a cuestas nos descubrió cerca ya de las 8 de la noche. El día tuvo intensidad en sus momentos que, con esa lluvia desprendida no hizo más que ilustrar la fertilidad de las palabras, que llovían por un bien común consignado en un lema, en un objetivo, en una unión de voces. El día se extendió a sus anchas para escucharnos: poetas, narradores, cronistas, escritores, que con textos escritos para la ocasión fueron alumbrando esos momentos. El día quedó en la memoria, un 28 de septiembre en el recuerdo.

                                 Humberto Canizales, Sunhúe Kokosschka, Gibrán Cohen

Lluvia de palabras en solidaridad con los pueblos que padecen esa violencia que no es ajena al territorio nuestro, que no está exenta en esta ciudad y en muchas otras, pues Ecatepec al igual que otros municipios del Estado de México frecuentan constantemente la problemática del feminicidio, la extorción, el robo a mano armada, los secuestros; todos esos males que son producto de la delincuencia. En el sentido que concierne a la escritura, el 3er Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez en Ecatepec acuñó las voces de incipientes y experimentados, humanos a fin de cuentas que, más a allá de las palabras y la literatura, se unieron a esta manifestación para dejar su sello impreso en una consigna que simultáneamente se dejó escuchar en más de 50 ciudades del mundo entero.

                                                     Kaya Stoner, Isabel Alcántara, Rubén Lemus

El objetivo se logró, el eco fue más a allá de lo previsto, con un público cambiante a lo largo de la jornada: jóvenes, adultos, mujeres, niños, estudiantes y trabajadores que frecuentaron a distintas horas el espacio de la capilla del Centro Comunitario Ecatepec Casa de Morelos: recinto venerable para levantar más que consignas, la voz poética como una misión proferida para hacer justicia a los que ya no están con nosotros: mujeres y hombres que ha cobrado el crimen organizado en Ciudad Juárez, Chihuahua. El eco de la violencia atestigua que si es en Ciudad Juárez, es en el mundo entero donde la violencia esté presente.

                                                 Tetza Ordoño, Suzel Gómez, Ricardo Suasnavar

Que mejor recinto que la Casa de Morelos para albergar la iniciativa de escritores que sitiados en el lugar de los hechos se organizaron en 2011 para fundar un proyecto de talante mundial a raíz de la muerte de la poeta y activista Susana Chávez. El Centro Comunitario Ecatepec Casa de Morelos es un sitio histórico perteneciente a INAH y decretado como patrimonio nacional en 2001, morada de las últimas horas del ciervo de la nación: José María Morelos y Pavón. Aquí no importaban las trayectorias literarias, ni las luces impostadas del momento, esas no existen para un reclamo, para una manifestación que tenga como fin la causa social y esa fue la consigna desde un principio, desde los primeros pasos dados en la organización del 3er Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez en Ecatepec. El acto de inauguración dio inicio con las palabras de bienvenida por parte de Yolotl Figueroa promotora cultural del mencionado Centro Comunitario. Siguió mi turno para dar una breve explicación de los antecedentes y motivos del encuentro, así como dar lectura al manifiesto por Ciudad Juárez, con lo que se iniciaba una jornada inolvidable de palabra al servicio de una causa.

                                    Carlos Santibáñez Andonegui, Blanca Estela Ruth, Erika Chaidez

La primera participación corrió a cargo de Erika Chaidez, su narración, a manera de crónica de hechos ocurridos en Sinaloa, acaparó la atención del público; su semblante esbozaba la impotencia de los que son representados como personajes principales: una mujer y su hijo, en un secuestro en que salen ilesos, pero con graves marcas que el tiempo no sabe borrar. Chaidez conoce la situación de fondo, su procedencia lo advierte, pues ella es de Los Mochis, Sinaloa, ciudad que padece los estragos de la violencia del crimen organizado. El maestro Carlos Santibáñez Andonegui leyó Tristes horas hábiles, exaltando la lucha diaria de las mujeres en la ciudad desértica en el norte de México, esa ciudad símbolo que se levanta ya con una reminiscencia que lleva la marca de la violencia, de la muerte y la injusticia hacia los derechos humanos.

                                       Rocío Franco, Ricardo René Arreola, Dolores Reyes Herrera

Mar Ruíz y Ángel Cuevas: poesía y narración. La presencia femenina y masculina se fusiona en palabras. Ruiz: poeta joven de la Ciudad de México leyó sobre el episodio de las mujeres asentadas en una ciudad herida por la guerra del narcotráfico, un retrato en que domina el clamor femenino. Cuevas narra episodios de una violencia contextualizada en el terruño que lo vio nacer: Arteaga, Michoacán, la transgresión se fusiona al efecto de melancolía en sus relatos. Cuevas construye en la introspección verdaderas radiografías de la violencia, situada en la familia o en las comunidades apartadas donde aparentemente la luz no llega, y esa luz que es el progreso, se vuelve en necesidad, tema de primera intención en su narrativa.

                                                                    Osvaldo Flores

Humberto Canizales y Blanca Estela Roth, dejaron impresiones devastadoras y a la vez reflexivas. Narración y poesía, y crónica fresca de los días de septiembre 13 y 15. Humberto Canizales inicia su lectura con preguntas dirigidas al público, interactúa con ellos, pocos responden. Originario de La Paz, Baja California Sur, este joven escritor establece relaciones con un presente, acaso fresco en la memoria de un tiempo imborrable. Su crónica va aclarando los disturbios en base a analogías con el mundo televisivo, el de las imágenes del cine, de ese hecho ocurrido el 13 de septiembre de este año: la manifestación de maestros, posteriormente para referirse al grito de independencia como una aparador de distractores; la gente ríe y a la vez se entera a partir de la mirada que nos deja en el punto crítico del acontecimiento: la explanada del zócalo de la Ciudad de México. Con Crónica desde el reino de sauron corroboramos las injusticias cometidas desde el gobierno, desde ese PRI que nos muestra una más de sus garras para aplacar el reclamo colectivo, el derecho a una manifestación pacífica. Blanca Estela Roth, cuenta anécdotas en relación al feminicidio, a la violencia intrafamiliar; finca en este preámbulo un desasosiego propio de su yo interno, posteriormente un puñado de poemas nos pone en el oído que surgen para dar fe de ese México que revisita su dolor, su dolor que es de todos, su inconformismo que es de todos. Con una voz moderada y un semblante apacible, Roth da lectura a versos sintéticos que no le temen a nada, incluso a las limitaciones del tiempo, pues sus versos piden tiempo, espacio y escuchas sensibles que puedan digerirlos.

                                 Suzel Gómez, Miguel Santos, Miguel Tonhatiu, Jorge Manuel Herrera

En la siguiente mesa de lectura coinciden cuatro jóvenes poetas originarios de esta Zona Metropolitana del Valle de México: Guadalupe Quezada, Tania Navarrete, Edith Vargas y Zaqueo Miguel. En los jóvenes está la consigna más severa contra un sistema injusto, con sus experiencias juveniles, con sus sarcasmos ante la mediocridad de la clase gobernante. Tania y Edith, son un poema a dos voces, se alternan el micrófono para ambientar el poema. Miguel ve en las mitologías la materia para Terreno baldío, poema dedicado a la esperanza de volver a casa.

                                      Guadalupe Quezada, Tania, Edith Vargas, Zaqueo Miguel

Sergio Alarcón, Ricardo Suasnavar y Jaime Rosales Cedeño agradecen las invitaciones a participar, posteriormente cada uno se extiende, suelta lo que el silencio no puede contener. Alarcón y Suasnavar: poetas en edades distantes, se acoplan bien en el tono de su poesía. La madurez en Alarcón es visible, llega al fondo del asunto, sintetiza en las imágenes, arma el terreno donde anclar metáforas rotundas. La sencillez, la frescura y lo espontáneo son los límites en el joven poeta Suasnavar, con poemas sencillos y plenos de momentos, versos desarticulados de la rigidez, con un movimiento fluido, como el que se deja al caminar, y ante este hecho sucede lo imprevisto de la imagen.

                                                               Marytere Caracas Estrada

Rocío Franco, reflexiona la situación del feminicidio en el Estado de México, expone el caso del poeta Guillermo Fernández, asesinado de manera impune en la ciudad de Toluca. A dos años de esos acontecimientos el gobierno estatal no ha dado respuesta, ni emitido interés en aclarar su muerte, Rocío platica, explica la condición violenta en nuestros tiempos, da lectura a su poema Desmembramientos dedicado a la memoria del referido poeta, su emoción es incontenible. María Dolores Reyes Herrera, originaria de Tlapacoyan, Veracruz lee poemas de su libro Oruga, concuerda con el momento, defiende el sentir transparente de una poeta de provincia. Gibrán Cohen: escritor y dramaturgo se extiende con un relato en que el personaje principal es un tal “Gibrán Cohen”, un otro para asentar el golpe de los hechos, transcurridos en su lugar de residencia: Cuautitlán Izcalli. Cohen es presencia y voz, y un tanto de efectividad en las situaciones chuscas que rigen la vida de personajes delineados en la política. Cohen impone por la veracidad en lo que cuenta.

                                                               Poema de Raúl Renán

Daniel Mejía, María Eugenia Rodríguez, Luz María Salinas, Rubén Lemus y Tetza Ordoño nos convidan poemas breves, sencillos. Quizá el logro de esta mesa se advierta en el contraste de experiencias, pues todos fluctúan en edades diversas. Y quizá lo mejor esté en los poemas de María Eugenia Rodríguez y Rubén Lemus. Cruces rosas de Lemus es un poema afortunado, está entre los textos más interesantes del oriundo de Texcoco, Estado de México.

Arturo Escalante, Marytere Caracas Estrada, Ricardo René Arreola, Oscar M. Pantoja (Kaya Stoner), Isabel alcántara y Sinuhé Kokoschka dieron lectura a episodios intensos en forma de cuentos y poemas donde predominan con insistencia las imágenes claras y oscuras. Los sentidos se exhiben alterados en el caso de la poesía de Sinhúe, pues la atmósfera surreal se advierte en una voz joven pero segura. Si ya la poesía es belleza, en ella la belleza se multiplica, se va al doble como el flujo de palabras que su sensibilidad poética nombra. M. Pantoja, El Kaya Stoner propone una narración desde una sorprendida víctima ante la confusión que suscitan las sospechas. Alcántara narra fragmentos de su libro: 7 Miradas sobre Juárez, narración solemne, trabajada, y anclada en la contundencia de hechos.

El intermedio musical corrió a cargo del cantautor Osvaldo Flores, que llegó desde la ciudad de Querétaro confiando plenamente en el encuentro. Desde temprano hizo lo necesario junto a Berni Cabrera y Daniel Salinas “El Callegero” para que, acercado el momento de su participación, los inconvenientes fueran menos. Cabrera en las percusiones, Salinas en el cometido de registrar todo con la lente fílmica.

Flores entona frases, estribillos, utopías. Los oídos saben ya este fraseo, lo saben y lo recuerdan, pues más que frase: “…hasta que puedas tener libertad”, quizá sea ya un recordatorio, un lema para estos tiempos. Y en esta red de palabras se refiere a ese México que llega a oídos de todos en el extranjero, de ese México que toca fondo para seguirse cimentando. Flores se inspira de experiencias que cotidianamente lo invaden, desde la observación trivial hasta convertirlas en verdaderos registros sobre lo incómodo a nivel social, justo ese contraste que se percibe en las grandes urbes, como la Ciudad de México u otras capitales del mundo. Flores, originario de esta ciudad, siente el desasosiego, y sabe que es compromiso del creador erigirse ante las causas justas. Flores es un poeta urbano y así se advierte en sus tres producciones realizadas a la fecha. Lo mejor del encuentro no sólo está en la poesía, sino en la música que rescata la poesía y la protesta para darle un giro y mostrarlo como prioridad humana.

Suzel Gómez, Miguel Santos, Miguel Tonhatiu y Jorge Manuel Herrera coinciden en varios puntos: versos sueltos, retrabajados, situados en la libertad y en perceptivas distintas. Experiencia y autocrítica en el caso de Santos, Tonhatiu y Herrera: tres poetas en consonancia con lo que escriben, memorizan y leen. Ambientes oníricos en el caso de Suzel: Guardo entre el pezón lunar y tus piernas largas/ un suspiro de tiempo que se ajusta al espacio,/ un tiempo de cirio que te repasa el cuerpo,/ un abrevadero turquesa del ahogo solar.
Ginger Triana, Josimar Galíndez Rojas y Javier González Cárdenas: crónica, poesía y narrativa: González Cárdenas leyó fragmentos de su próxima novela. Imágenes de momentos tensos, entre atmósferas eróticas y turbias por el contexto de violencia en la que se desarrollan. Ya en su escritura, el tijuanense analiza las coordenadas de la violencia situada en el norte. Su ficción recrudece los sentidos, y es la radiografía presente del narcotráfico, propuesta desde una concepción llamada por él mismo como “Novela de Narcozombis”: muertos, desaparecidos, robos, gente del mal intrincada en historias fuertes, certeras, con apego a la realidad cotidiana. Josimar Galíndez Rojas propone poesía de la experiencia, reconoce la experiencia y la sitúa en el único hecho tangible del ser humano: la muerte: Escribo sangre/ porque mis ojos están poblados del miedo/ que mañana o pasado mañana/ un muerto una muerta un muertito/ cuerpos donde la categoría de lo muerto reina/ cuerpos no-asépticos/ destrozados/ con las vísceras conjugadas en el exterior:/ sea yo mismo.

Finalmente doy lectura al poema visual del maestro Raúl Renán: Muerta de Juárez, poema que en su construcción se percibe con una belleza total, pero que encierra el episodio de la muerte, de esas muertes que suman miles, de esa muerte en circunstancias trágicas, nunca esclarecidas: Soy mi alma y mi cuerpo en crecimiento formando mi figura que sigue un trazo humano, bello a la vista y figurado que también verá a la belleza de la vida en derredor edificada compuesta con admiración como a mí, mi cabeza joven cubierta de cabello lacio torneado con tersura negra brillante para contener mi pensamiento y tornear su redondez con mi rostro perfilado que ha sido elogiado y nombrado bella, bella, bella, bella, bella, bella, bella, bella, bella y por todos deseada, asediada, seguida para ser tomada, sujetada, atada, violada, penetrada con arma de muerte, sangrada, hoy huesos bajo tierra común y por nombre común conocida Muerta de Juárez.

Al dar lectura al poema una sensación me invade: es la incertidumbre de no conocer a profundidad el efecto que dejan las palabras, sí en verdad puedan ser el vehículo para llegar a despertar conciencias y sensibilidades. Ante esta señal, me doy cuenta de la responsabilidad asumida al organizar este encuentro. Me doy cuenta que nos ha anochecido, que el tiempo en todos se consumió para bien, que no fueron horas derrochadas, sino horas, en verdad bien asumidas. Me doy cuenta y sigo, pensando que mejores tiempos vendrán, al menos, el pensamiento es positivo, y quiere pensar que mejores tiempos vendrán para las generaciones futuras.

Ecatepec a 24 de diciembre de 2013

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